La explotación de los recursos naturales de Guatemala para las
empresas de minería transnacional es un proceso
extremadamente dañino y destructivo, tanto para el medio ambiente, como
para el pueblo. A menudo es el pueblo indígena que se ve afectada, sin
consultación antes de la apertura de una
nueva mina. El agua utilizada en el proceso de la minería se deja sucia y
contaminada, causando una variedad de enfermedades y comunidades se dejan roto y dividido por la
penetrante influencia de las corporaciones. Cuando las comunidades rehúsan de
vender su terreno a la mina, ellos sufren intimidación, con casos de violencia,
desaparición y asesinato.
A menudo las corporaciones promueven la minería como
‘desarrollo’ pero en realidad las minas son perjudiciales por el bienestar del
país y su pueblo ya que solo 1% de beneficio regresa al país. Por cada $100 en
beneficios, $99 regresan al país de origen de la corporación, en general
Canadá.
La fuerza de la conexión del pueblo indígena con su tierra es tal que
cuando se toma de ellos, pierden su forma de vida. Nahuales, sitios sagrados
mayas, se destruyen con frecuencia para dejar espacio a las minas.
El documental, Fiebre de Oro,
cubre los problemas asociados con la minería intensiva por la empresa
Canadiense, Gold Corporations Inc. in San Miguel Ixtahuacán, San Marcos.
Por lo tanto, en Guatemala, así como toda América Latina,
hay un gran movimiento contra la minería.
El resto del taller se dedicó a la discusión de las implicaciones de la minería en el departamento de
Guatemala, donde hay, en este momento, una gran cantidad de minas en operación.
El tema del territorio se amplió al territorio del cuerpo y los derechos de las
mujeres sobre su conexión con la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario